"La lectura es la gimnasia del cerebro. El faro que alumbra el camino hasta el puerto de la razón. Un libro es, ante todo, una brújula que evita que nos desorientemos en el vasto territorio de la vida."
La bailarina y el inglés, Emilio Calderón.

jueves, 12 de julio de 2012

El lápiz del carpintero

Todo fuera del tiempo en el reloj parado, menos aquellos dos abrazándose.

El lápiz del carpintero, Manuel Rivas.

El lápiz del carpintero

La segunda fauna más abundante en la cárcel eran las  ratas. Familiarizadas. Recorriendo por la noche los bultos de los sueños. ¿Qué carajo comían? Los sueños, decía el doctor Da Barca. Roen nuestros sueños. Las ratas se alimentan por igual del submundo y del sobremundo.

El lápiz del carpintero, Manuel Rivas.

El lápiz del carpintero

El miedo ante el loco precede a la compasión, que a veces nunca llega.

El lápiz del carpintero, Manuel Rivas.

Eldest

- Estamos aquí para cambiar la historia - dijo Saphira.
- Nos estamos tirando por un acantilado, sin saber si es profunda el agua que hay abajo.
- Ah, pero qué lucha tan gloriosa.

Eldest, Christopher Paolini.

Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero

Y un día te diré una estupidez de vergüenza ajena, te diré, por ejemplo, que te quiero.

Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, te quiero, Martín Casariego Córdoba.

Quinta avenida

Yo nunca planeo nada. Me gusta esperar y ver lo que pasa. La vida es mucho más interesante de esa forma, ¿no te parece?

Quinta Avenida, Candace Bushnell.

La huella de un beso

Tuvo la sensación de que en su estómago había obras y que, de repente, todos los trabajadores se habían puesto a darle al martillo neumático a la vez.

La huella de un beso, Daniel Glattauer.

Tengo ganas de ti

El amor es cuando no respiras, cuando es absurdo, cuando echas de menos, cuando es bonito aunque esté desafinado, cuando es locura... cuando solo de pensar en verlo con otra cruzarías a nado el océano.

Tengo ganas de ti,  Federico Moccia.

La mecánica del corazón

Esta vez no le daré solo la llave, sino el corazón entero, con la esperanza de que le apetezca de nuevo reparar el amor conmigo.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.

La mecánica del corazón

Me curo de este amor perdido a golpes de consuelo.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.

La mecánica del corazón

Por mucho que uno se deleite con la luna, también necesita del sol.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.

La mecánica del corazón

Tengo resaca amorosa y no me conviene un despertar  tan violento.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.

La mecánica del corazón

Tienes que comportarte como un jugador de póquer. Jamás muestres  tus dudas ni tu miedo. En tu mano tienes una carta maestra, es tu corazón.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.

La mecánica del corazón

No podemos volver jamás sobre nuestros actos pasados, ni siquiera con un reloj en el corazón.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.

La mecánica del corazón

Nos frotaremos el uno contra el otro hasta chamuscarnos el esqueleto, y cuando el reloj de mi corazón dé las doce en punto, arderemos, sin necesidad de abrir los ojos.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.

Blanca como la nieve roja como la sangre

Quiero una vida temeraria. Quiero una vida como las de las peliculas.

Blanca como la nieve roja como la sangre, Alessandro D'Avenia.

El retrato de Dorian Gray

La pasión romántica vive por repetición, y la repetición hace artístico un deseo. Además, cada vez que se ama es la única vez que se ha amado nunca. La diferencia de objeto no altera la unidad de la pasión. La intensifica simplemente. No podemos tener en la vida más que una gran prueba a lo más, y el secreto de la vida está en repetirla lo más a menudo posible.

El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde.

El retrato de Dorian Gray

Todos los sombreros bonitos están hechos con nada.

El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde.

El retrato de Dorian Gray

¿Es una cosa tan terrible la insinceridad? Yo creo que no. Es simplemente un método con el cul podemos multiplicar nuestras personalidades.

El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde.

Blanca como la nieve roja como la sangre

El silencio es blanco. De hecho el blanco es un color que no soporto, es que el blanco ni siquiera es un color. No es nada. Una nada sin palabras o sin música. En silencio. En  blanco.

Blanca como la  nieve roja como la sangre, Alessandro D'Avenia.

Bel: Amor más allá de la muerte

Supongo que sabes que en la vida ocurren ese tipo de casualidades. De hecho, todos somos, de un modo u otro, el resultado de un montón de casualidades inexplicables. Por mucho que a algunos les desagrade, hay que reconocerle a la poderosa ley del azar el sitio que se merece en nuestros destinos.

Bel: Amor más allá de la muerte, Care Santos.

Amante oscuro

Bienvenido al maravilloso mundo de los celos. Por el precio de la entrada, se obtiene un dolor de cabeza, un deseo casi irresistible de cometer  un asesinato y complejo de inferioridad.

Amante oscuro, J. R. Ward.

La bailarina y el inglés

Ama la libertad  y la libertad te amará.

La bailarina y el inglés,

Las consecuencias del amor

La vida es hermosa, no te rindas.

Las consecuencias del amor, Sulaiman Addonia.

La tuneladora

La casualidad, lo inesperado, lo leve, aquello con lo que no contamos es lo que, a veces, desbarata nuestros planes más elaborados y los más audaces.

La tuneladora, Fernando Lalana.

Las consecuencias del amor

¿A caso no es la vida algo temporal?

La consecuencia del amor, Sulaiman Addonia.

Fenris el elfo

- No tienes ni la menor idea de lo que ha significado para mí recoger todos los pedazos de mis sueños rotos.

Fenris el elfo, Laura Gallego.

Amante desatado

El amor era el infinito. Lo eterno. Lo que permanecía.

Amante desatado, J. R. Ward.

Amante desatado

Porque el amor, después de todo, era eterno y no estaba sujeto a los caprichos de la muerte.

Amante desatado, J. R. Ward.

Amante desatado

- No podría amarte más, aunque lo intentara.

Amante desatado, J. R. Ward.

Likundú

Cualquier cosa es cierta mientras creas de verdad en ella.

Likundú, Heinz Delam.

Amante desatado

Mientras sacudía la cabeza, recordó su frase favorita de Sherlock Holmes y la parafraseó: si se eliminan todas las explicaciones posibles, entonces la respuesta es lo imposible.

Amante desatado, J. R. Ward.

Amante confeso

- Estás loco.
- Sí, pero tú me quieres.

Amante confeso, J. R. Ward.

Amante confeso

Siempre... que palabra tan entretenida "siempre".

Amante confeso, J. R. Ward.

Amante confeso

Regla número uno. Odiaba pasar las horas del día lejos de él, odiaba la distancia entre ellos y no iba a permitirle que se marchara de su lado. Nunca.

Amante confeso, J. R.Ward.