- ¿Y existe alguna otra cosa que te hayas jurado tener? - preguntó sintiendo que aquel momento era precioso, que ella había bajado la guardia.
- Sí - respondió ella, sin temblar, sabiendo perfectamente a qué se refería él, pero rechazando responderle.
No dejaban de mirarse fijamente.
- ¿Como qué?
- Not your business!
- Sí. Dímelo...
Él esbozó una sonrisita enigmática, como si reconociera que ella podría tener razón, pero que el asunto no estaba todavía resuelto. Ni mucho menos. Siguió después un minuto de gran solemnidad que les llevó a un terreno en el que todavía no habían entrado nunca: el del abandono. Se analizaban el interior del alma, el terciopelo del corazón y podían decirse, aunque sin pronunciar palabra, lo que pensaban exactamente. Se lo dijeron con los ojos. Como si aquello no existiera o debiera existir todavía. Bailaron dos pasos de tango con ese terciopelo del corazón, se besaron dulcemente en la boca del alma, y después volvieron al ruido de los coches en la calle y los peatones que perdían su donut al correr.
El vals lento de las tortugas, Katherine Pancol.
No me he leído el libro, pero me ha gustado la escena :)
ResponderEliminarPues te recomiendo los dos que por ahora me he leído!
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