Pero de vez en cuando, como por arte de magia, alguien lograba llegar hasta el fondo de tu alma y cambiaba tu forma de verte a ti mismo. SI tenías suerte, era tu pareja... y la trasformación te recordaba nuevamente que estabas con la persona correcta: porque lo que esa persona decía no te tocaba por venir de donde venía, sino por el contenido del mensaje.
Amante vengado, J. R. Ward.
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