Contemplé una puesta de sol tan hermosa que parecía un milagro. El mundo entero estaba teñido de rojo. Mi mano, el plato, la mesa... todo lo que había ante mis ojos estaba teñido de rojo. De un rojo tan brillante que parecía bañado en un jugo de frutas.
Tokio Blues: Norwegian Wood, Haruki Murakami.
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