¿Os gusta ir por la calle, y sorprender a una chica mirándoos, y que se sonroje y aparte la vista? A mi sí, porque piensas que le gustas y te sientes elegido, distinto y privilegiado, sientes que la gente puede quererte y hacerte caso, y por un rato caminas más erguido y más alegre y optimista, hasta que ya ha pasado suficiente tiempo desde que la chica te ha mirado y se ha ruborizado, y entonces te deshinchas un poco y vuelves a andar normal, ni sacando pecho ni cabizbajo, como siempre, relajado.
El chico que imitaba a Roberto Carlos, Martín Casariego Córdoba.
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