Kurt volvía a ser el mismo de siempre. Por la mañana temprano durmió muy profundamente. A media mañana durmió bastante profundamente. A mediodía disfrutó de un sueño profundo. A media tarde durmió bastante profundamente. Al anochecer durmió muy profundamente. Y entretanto, Max lo arrastró dos veces a la calle y una, con el hocico por delante, hasta el recipiente de la comida. Probablemente, logró introducir esas actividades en el sueño sin llegar a despertarse.
La huella de un beso, Daniel Glattauer.
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