"La lectura es la gimnasia del cerebro. El faro que alumbra el camino hasta el puerto de la razón. Un libro es, ante todo, una brújula que evita que nos desorientemos en el vasto territorio de la vida."
La bailarina y el inglés, Emilio Calderón.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Lo que el viento se llevó

- Basta-dijo Scarlett de pronto.
- Comprendes lo que estaba diciendo ¿verdad?- preguntó poniéndose en pie.
-No-exclamó-. Lo único que sé es que no me quieres y que te marchas. ¡Oh, amor mío! Si tú te marchas, ¿qué va a ser de mí?
Por un momento, Rhett vaciló como si se preguntase si no sería mejor una mentira piadosa que la verdad desnuda. Luego se encogió de hombros.
- Scarlett, nunca he sido de esas personas que recogen los pedazos rotos, los pegan y luego se dicen a sí mismos que el objeto compuesto está bien como el nuevo. Lo que está roto, roto está. Y prefiero recordarlo como fue a pegarlo y ver después las señales de la rotura durante toda mi vida. acaso, si yo fuera más joven...-Suspiró-. Pero soy demasiado viejo para creer en sentimentalismos, equivalentes a pasar una esponja y volver a empezar. Soy demasiado viejo para soportar la carga de mentiras corteses, que nacen de vivir en continua desilusión. No podría vivir contigo y mentirte, y mucho menos podría mentirme a mí mismo. Quisiera que me pudiese importar adónde vas o lo que quieres. Pero no puedo.
Lanzó un suspiro y añadió con suave indiferencia.
- Querida mía, me importa un comino.
Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell.

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