Señoras.
Señoras que salen una noche a cenar a un restaurante lujoso, invitadas por un adinerado y amable caballero, actúen en todo momento con la misma elegancia. Ya las sorprendan, las irriten o las desconcierten, conserven un mismo refinamiento en la impasibilidad y, ante palabras chocantes, reaccionen con la distinción que tales circunstancias requieren.
La elegancia del erizo, Muriel Barbery.
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